Despiertas con dolor, una sensación extraña recorre tu cuerpo, tras unas horas de confusión, un dolor insoportable te invade y finalmente te encuentras con el final de tu vida. Así podría describirse el ciclo de vida del Xenomorfo, principal pesadilla de la saga Alien, pero ¿qué tal si hubiera seres reales que cumplan esta ficción?
Por desgracia para los humanos y otros animales, experimentar este ciclo puede ser aterradoramente real, gracias a los parásitos, seres vivos de origen animal o microscópico que dependen de un huésped (una víctima en el caso del Alien) para completar secciones o la totalidad de su ciclo de vida, causando enfermedades, daños internos, o incluso la muerte de quien los lleva dentro.

Alien ha demostrado ser una saga feroz con sus protagonistas y los demás personajes que las acompañan, siendo estos últimos quienes enfrentan las consecuencias más mortales de encontrarse con los Xenomorfos. De manera muy interesante, gracias a la magia del cine, y de un concepto sólido y bien trabajado, la saga es un ejemplo perfecto del parasitismo llevado a un extremo mortal y oscuro.
Me gustaría compararlo específicamente con el ciclo del Trypanosoma cruzi, el parásito causante de la Enfermedad de Chagas, un padecimiento que no se hace evidente hasta décadas después de que el huésped se haya infectado. Parecido al ciclo de vida de un Xenomorfo, requiere de una interacción entre un artrópodo y un huésped, específicamente, de la picadura de la chinche besucona y que ésta excrete en la herida, infectando al huésped.
Los parásitos invaden células donde se multiplican y después las revientan, para llegar al torrente sanguíneo y moverse a órganos diferentes, usualmente el corazón. Tras muchos años y sin síntomas aparentes, si no fueron detectados a tiempo, pueden causar problemas que lleven a la muerte al hospedero, sufriendo un último dolor intenso en el pecho, consecuencia de un infarto.

Si bien, esa no es la única de las posibles afecciones que acarrea la enfermedad, afortunadamente para nosotros, la enfermedad puede ser combatida y puesta bajo control si se detecta a tiempo, a diferencia de la sentencia final que significa despertar con un abrazacaras al lado.
Recordemos que muchas veces el terror de la vida real es peor de lo que podríamos imaginar, es más silencioso, más macabro, más inescapable. Alien será siempre un recordatorio de que los parásitos van más allá de las lombrices intestinales, y sería bueno recordarlo siempre.

Escrito por: Zimri